lunes, 23 de febrero de 2009

ÓSCARES, PEDROS Y BONIFACIOS

Antes que nada, lanzo una pregunta al lector: ¿sabe usted por qué esa estatuilla se llama Oscar?

Pues bien, ayer fue el show de los Óscares en el Kodak theatre y, en el caso de que a uno no le guste el futbol americano, es el evento más largo y aburrido del año junto al Superbowl, y que sin embargo, casi todo el mundo ve.
¿Simpatiza uno con los ganadores y perdedores? ¿Acaso va uno al cine, ve una película que le gusta y se muere de ganas de que se lleve un Oscar, aunque sea uno menor, como mezcla de sonido? ¿Acaso alguien cree que en dicha ceremonia se premia en realidad la calidad del cine?
Sea como sea, reconozco que movido tal vez por un morbo tenaz o tal vez porque el domingo prácticamente apago mi cerebro, estuve viendo un rato los Óscares.
Desgraciadamente no he visto la película más premiada de esta ocasión, la del Perro-arrabalero millonario, o no se cómo sea la traducción que se les haya ocurrido a los que traducen los títulos de las películas para Slumdog Millionaire, pero como dos personas que saben de cine y que son confiables dicen que es una mierda, juzgaré como una mierda tanto a la Academia como a la película.
Bueno, ahora que lo pienso, tal vez la película no sea tan mala. Si se trata de premiar a un grupo particular, en este caso a Bollywood, que según entiendo, se amancebó con la industria hollywoodense en esta ocasión para tal vez tratar de superar un complejo de inferioridad, entonces Slumdog Millionaire no tendría por qué ser un buen filme en todos los sentidos (el literario y el técnico) sino una bonita cajita, bien hechechita en la India y lista para deslumbrar al ojo condescendiente del consumidor de cine hollywoodense. De ahí a que haya sido la más premiada, es obvio que responde a la política de la Academia de hacer de la entrega del Óscar un festejo temático, al más puro estilo de los pinches bailes de Highschool de los pinches gringos. Hace unos años, al cónclave de judíos millonarios se les ocurrió que había que reivindicar a los negros y premiaron a dos como mejor actor y actriz, pese a que en aquel entonces ya ser negro en gringolandia era cool. Luego no estuvieron preparados para asumir que los homosexuales también tenían buenas historias y no le dieron su premio a Brokeback Mountain, un excelente filme, cuando muchos decían "ahora les toca a los gays". Parece que su sentimiento de culpa hubiera hecho que le dieran mejor actor a Sean Penn por un papel de homosexual. Pero volviendo a esto de las fiestas temáticas, qué decir de la Titanic Night, cuando sólo les faltó vestirse de capitanes y contramaestres y damas de sociedad, y de la fiesta del Señor de los anillos, donde debieron vestirse todos de hobbits y elfos. Los orcos siempre están allí.
Entonces no sólo los Óscares menores (sonido, edición y todo eso, no porque no sean importantes, sino porque al 99.67% de la gente le valen madre) fueron para Slumdog Millionaire (todos ellos incluido el de la cancioncita mamona son indios), sino que también mejor director y mejor película. Vaya descaro. No tengo nada contra Danny Boyle, pero podría elegir mejor sus proyectos, digo yo.
En resumen, los Óscares dan hueva. Son como un musical malo y largo, lleno de melodramas patéticos (pinches discursos: listados interminables de gente), frivolidad y mala comedia. Y encima sus políticas interraciales cada vez más descaradas para decirle al mundo que tanto Hollywood como los Estados Unidos quieren mucho al mundo y que representan la oportunidad y el sueño americano. Otra cosa sabida por todos: desde siempre Hollywood ha estado en función del discurso del poder y del imperialismo yanqui, aunque suene mamón.
Lo peor que le pudo pasar a El caso de Benjamin Button, además de ser larga y aburrida, es que saliera Brad Pitt. Por eso no le dieron nada.

3 comentarios:

  1. Jaja, totalmente de acuerdo. Lo más fregón de esta vez fue que su intento de formato personalizado (para los premios a mejor actor/actriz) salió peor porque el teleprompter les quedaba en posición incómoda a las presentadoras!

    jajaja Perro Arrabalero Millonario!

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  2. y robert de niro diciéndole a sean penn que le dieron el oscar por joto jajaa

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  3. No vi los Oscares, supongo que el nombre de las estatuillas viene de la necesidad de nombrar algo, que evoque finura y a la vez basura... Me recuerda al mono que habitaba en el bote de basura

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