jueves, 18 de marzo de 2010

MANIFESTACIONES de impaciencia en el mundo

En Copenhague, un hombre fue detenido por la policía al ser catalogado como sospechoso.
-Están en todas partes -dijo el hombre.
-¿Quienes? -preguntó el oficial encargado del interrogatorio.
-Golemón. Es decir, los Golemones. Desde hace mucho están acá, entre nosotros.
-¿Y quiénes son esos? ¿Terroristas? ¿Asesinos?
-No. pero ya verá el mundo el efecto terrible que tendrán los Golemones cuando se manifiesten. Temblarán la tierra y los mares, se estremecerán los ombligos de los niños pequeños y de los ancianos. Los animales y las plantas se comportarán de forma extraña. La muerte ronda el mundo y los Golemones rondan a la muerte.
-Mmm. Este señor está loco. Llévenlo al manicomio y tráiganme mi almuerzo y el periódico -dijo el oficial...

... El titular del periódico decía: "GOLEMÓN ESTÁ AQUÍ".

En una pequeña comunidad al sur de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, un hombre fue llevado en un carretón a la iglesia, aparentemente poseído. El párroco, un anciano devoto de 86 años, tenía experiencia en exorcismos.
-¡Sal de allí, demonio maldito!
-Ejejé, ¿por qué me dice así de feo? No soy un demonio, soy Golemón -respondió el hombre con mucha calma, dejando de convulsionarse.
-¿Golemón? ¡Ese sólo puede ser uno de los nombres del maligno, del sucio Satanás!
-Oh, pero que viejo tan antipático. Soy Golemón y no soy Satanás. Me explicaré, mi objetivo en este mundo es que la existencia... -súbitamente calló su voz y el hombre dio unos espasmos y quedó inconsciente.
Lo trasladaron al hospital franciscano de Santa Cruz y aun tratan de hacerle recordar qué es Golemón y por qué está en este mundo.
-No recuerdo nada -dijo el hombre. -Lo único que sé es que se acerca.

En Kuala Lumpur, una mujer se quitó sus velos y salió corriendo desnuda por las calles. Antes de ser azotada por impúdica e inmoral, le fue otorgado el derecho de explicarse.
-Tengo Golemón -dijo.
-¿Golemón?
-Sí, es un mal extraño y nuevo, como el sida pero más extraño. Quema la piel y a la vez refresca. Dan ganas de encuerarse.
-Esta mujer está loca -dijo el encargado de darle de azotes.
-¡Dale de todos modos! -gritó la voz del pueblo.
Mientras era azotada públicamente ante el júbilo de las plebes, se oía nítida la voz de la mujer:
-Ni un millón de latigazos pueden detener a Golemón.

En Tajikistán, fue interceptada por el ejército, una caravana de 16 camiones cubiertos con gruesos toldos de color verde oscuro. Cuentan los testigos que estuvieron cerca de dos horas los efectivos revisando la carga y que al fin, dejaron que partiera la caravana. Cuando la prensa de ese país quiso entrevistar a los militares encargados de ese operativo, todos sin excepción negaron que hubiese ocurrido nada.
-Dicen que traían golemones -se oye susurrar en las calles de todos los poblados de aquel país.

En Xilitla, estado de San Luis Potosí, en México, sucedió algo extraño, que aun no se ha explicado. Durante los honores a la bandera en la escuela primaria Melchor Ocampo de esa localidad, mientras la escolta desfilaba haciendo resonar sus zapatos en el patio, los niños del 3°A comenzaron a susurrar "Golemón, Golemón", y así, in crescendo, fueron subiendo el volumen hasta desgañitarse al unísono "¡GOLEMÓN, GOLEMÓN!". Todos los niños de ese grupo fueron castigados sin recreo, pero todo el plantel, desde el personal de intendencia, compañeros, profesores hasta el Sr. Octaviano Sánchez, director, siguen perplejos por el episodio.

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